Blogia
GENETIK VENEZUELA

Pablo Garavito Cubillos (1er caso donde se utiliza la prueba de ADN en Colombia):

Pablo Garavito Cubillos (1er caso donde se utiliza la prueba de ADN en Colombia):

                En 25 de enero de 1957, nació en la población quindiana de Génova (Colombia). Hijo de Manuel Antonio y Rosa Delia. El mayor de siete hermanos; cuatro hombres y tres mujeres. Estudió hasta quinto de primaria en el Instituto Agrícola en el corregimiento de Ceilán, cerca a Tuluá (Valle). Un asesino en serie, pedófilo y pederasta que junto a Pedro Alonso López se apunta a ser uno de los asesinos en serie más prolíficos de Colombia y del mundo. Durante su infancia vivió la falta de afecto y el maltrato físico por parte de su padre.

                Garavito relató en su interrogatorio que desde muy pequeño le pegaban y nadie lo quería, además su padre lo maltrataba frecuentemente y no le permitía tener novia.  Narró crudamente la manera en que fue violado varias veces por dos hombres diferentes cuando aún era menor de edad. Ellos vivían en la misma población. A los 16 años, después de un fuerte altercado con su padre, sale de su casa. Se dirige hacia Armenia y Pereira.

                En 1978, a sus 21 años, tiene señales de alcoholismo y va a parar a una institución sin ánimo de lucro, especializada en este tipo de problemas. Luego acude al Instituto de Seguro Social y obtiene tratamiento sicológico durante cinco años en una clínica en Manizales. Quería suicidarse, presentaba signos altos de depresión. Aparentemente, tras superar sus problemas, decide dedicarse a las ventas callejeras por todo el país.  Con documentos falsos, acude a instituciones religiosas para buscar alguna colaboración. Se presentaba como un servidor de fundaciones al servicio de los ancianos y de la educación infantil. De esta manera, logró llegar hasta algunos colegios.

                Ya en los escritorios de la Fiscalía empezaban a reposar denuncias por desapariciones de menores en distintas regiones del país. Sus recorridos comienzan por el Valle del Cauca. Llegaba a los pueblos, municipios y ciudades, siempre por tierra y utilizando apariencias distintas. Se disfrazaba de monje, mendigo y discapacitado, o aparecía como un normal vendedor de imágenes del Papa, del Divino Niño y de la Virgen del Carmen.    

                Garavito, a comienzos de 1998, meses antes de su captura, había sido visto en Soacha y en el barrio 20 de Julio, en Bogotá; cojeaba, usaba muletas y pedía limosna. También vendía imágenes religiosas. En Soacha fue reconocido por sus escándalos públicos en estado de embriaguez. Era altamente agresivo. No tiene hijos. Vivió con dos mujeres, mayores que él, en Pereira. Ellas tenían hijos de otras relaciones. Contaron que, a pesar de ser compañeros, jamás tuvieron relaciones íntimas con Garavito y que él era muy ’cariñoso y especial’ con sus hijos. De su familia poco se sabe.

                Unidades del CTI capturaron a Garavito en Villavicencio. La Fiscalía le inició la investigación por el crimen de un menor en Tunja (Boyacá) y lo llamó a juicio. Sin embargo, Garavito -hoy tras las rejas en Villavicencio- confesó al fiscal y al psicólogo su huella en la cadena de muertes de por lo menos 140 menores. Ahora, lo único que pide, mientras espera su condena, es que sea perdonado. "Sí, yo los maté, pero pido perdón".

                Las víctimas de Garavito eran niños entre los 6 y los 16 años, de bajo estrato económico. Los abordaba en los parques infantiles, canchas deportivas, terminales de buses, plazas de mercado y barrios suburbiales. Según lo establecido generalmente les ofrecía dinero y los invitaba a caminar hasta cuando los menores se cansaban y eran atacados en sitios despoblados. De acuerdo con la investigación, en esos lugares los cuerpos sin vida de los menores fueron encontrados degollados, mutilados y con señales de haber sido amarrados, también se encontraban con señales de acceso carnal violento y tortura; con cuchilladas en el corazón, en las nalgas, con los miembros genitales mutilados y colocados en la boca o incluso decapitados. En la residencia de una amiga suya en Pereira, se encontraron objetos similares a los hallados en los sitios de los crímenes y publicaciones periodísticas en las cuales se reseñaba el estado de las investigaciones por desapariciones y homicidios de niños en el país.[1]

Pruebas en su contra:

                Las víctimas eran amarradas. Las fibras de los lasos fueron comparadas, eran iguales. Coincidieron con una soga encontrada en la casa de Garavito.

                -Restos de cabello encontrados en el lugar de los crímenes, distintos de la víctima, fueron cotejados a través de estudios de ADN con los del sindicado. Eran de él.

                -Cerca de los cuerpos sin vida de los menores quedaban restos de botellas de licor y cigarrillo. Siempre fueron de la misma marca. Era la bebida predilecta de Garavito, quien, se comprobó, se embriagaba antes de asesinar. 

                -Testimonios, fotocopias de pasajes de bus de distintas empresas y hacia distintos destinos, libros de registro de hoteles, copias de recibos de llamadas telefónicas y copias de telegramas demostraban que Garavito estuvo en el lugar donde ocurrieron los crímenes.

                -Junto a un cadáver aparecieron unas gafas de adulto. Se comprobó que eran las utilizadas por Garavito.

                -Una de las víctimas apareció incinerada. Garavito se quemó su cuerpo, luego de quedar borracho y dejar caer su cigarrillo en el pasto.

                -Durante los allanamientos, el CTI encontró los cuchillos con que posiblemente fueron atacadas las víctimas.

                -Fueron varios los testigos que lo identificaron. [2]

                Todos sus crímenes suman más de 1000 años de cárcel, pero la pena máxima en Colombia es de 40 años,  por colaborar en la recuperación de los cuerpos y por buena conducta le disminuirían la condena a 12-16 años.


0 comentarios